XV

I

Nuestras sombras confluyen:
nace el riachuelo nítido y el amor que quema.
Me alegro de estar contigo.

Con nuestras órbitas enredadas;
nuestra decadencia afinada;
este vivir acompasado me deja respirar.

Puedo suspirar sin fin
en este; nuestro abismo compartido;
que empieza en mi sonrisa
y acaba en tu alma.

II

No sabes lo que es la Luna mi amor.
Ese frasco redondo,
pedazo extraviado
que tus ojos nunca verán;
tus pupilas y su luz,
mis iris reptando hacia tu calor.

Subyugado al tacto de tus manos flamígeras;
cada noche espero que hagamos el amor
para matar a mis demonios
y suicidar mis temores grises.

Rezo por días de agua
y fines de semana sin ella; contigo...

III

Me has ensenyado a navegar con un casco de cristal
y unas velas cosidas de sueños amorfos;
nuestros sueños amorfos.

Buceo en nuestra hondura,
en el paisaje brumoso de abrir los ojos bajo el agua
y encontrarme tus labios sobre los míos.

Mi corazón-coraza y sus mellas
se dejan cuidar por tus manos sedosas y sedantes;
es duro y bello
llevarnos a flor de piel...

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