V

Te duermes, duermes sola y ya no existo.
Me rapta la aflicción de mi desvelo
Y entonces muere el sueño de improvisto,
Dejándome sin aire y con el hielo.

Me salvas, salvas todo y no subsisto.
Te mana la voz, vívida en mi anhelo,
Hundido ante mis ojos lo ya visto,
Inhalo tu perfume y tomo el cielo.

Ahora no sollozo,pues tus dedos
Rescatan mi alegría de los miedos.
Me rindes, rindes culto a mi sonrisa.

Claudico ante tus labios de negrura,
Soy preso de tu noche en mi locura.
Te invisto, te investí Mi Poetisa.

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