IX

I

Borracho de tus piernas
igual que que un tinto añejo;
ahora que ni las baldosas nos separan.

Soy tuyo hasta el tuétano
y la rabia que nos nace
es igual que la muerte que le damos:
Letal.

II

Nace el canto del pájaro
como despierta el rapaz silencioso.

No obstante,
volamos por encima,
y la intrascendencia
arde en nuestras pupilas
cuando decidimos ser droga en común.

III

Matamos y morimos.
Otra noche.
La Luna nos sirve los vasos.

Me ensanchas la venas mi amor,
me ensanchas el corazón-coraza.

Las heridas nos unen
cuando las cicatrizamos juntos.

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